sábado, 28 de febrero de 2015

Para qué sirve un Burger King



McDonald’s y Burger King sirven para ir al baño
Hacer artesanías sirve para no bañarse
Ir a las ruinas de Macchu Picchu sirve para garchar con hippies
Regar las plantas sirve para creer que estás salvando al mundo
Contemplar un atardecer en la playa sirve para que los demás crean que tuviste un año muy duro
Decir “ponele onda” sirve para que el otro sea falso y te dé la razón
Madonna sirve para que los biopolíticamente asignados como “hombres” no se crean gran cosa
Los chicles sirven para que los odontólogos se llenen de guita
Los lentos ochentosos sirven para justificar garches
La adultez sirve para tratar de cumplirle los sueños al niño que fuiste
Los bondis de la línea 12 sirven para saber que los bondis de las otras líneas no tienen por qué tardar
El perro sirve para que el ser humano se sienta un sorete
El perfume sirve para disimular una de las cosas más lindas que existe: el olor a sobaco
Los carnavales de Rio o Gualeguaychú sirven para tener mucho material para masturbarse
El color rojo sirve para todo
Fumar sirve para hacerse el interesante antes de morir de cáncer de pulmón
Las aceitunas en la pizza sirven para sacarlas y jugar a las bolitas
Las corbatas sirven para hacer de cuenta que te sale un gran pene flácido del cuello
La parte derecha del cuerpo sirve para apoyarse y que la parte izquierda haga su laburo
Los jefes sirven para saber que lo mejor es ser jefe de uno mismo
Las salas de espera sirven para leer revistas frívolas sin culpa
Las cortinas sirven para que tus vecinos no te vean bailar en pelotas
La música sirve para que no te perturbe el odioso silencio
Las sirenas, las bocinas, las alarmas, sirven para que no te perturbe el odioso silencio
Los colectivos sirven para conocer la ciudad
Las camas de dos plazas sirven para que los niños salten sobre ellas
City Lights de Chaplin sirve para saber lo que es emocionarse viendo arte
El dinero sirve para que la gente muera antes de llegar a vieja
El cordón de la vereda sirve para atarse los cordones
Las enciclopedias sirven para poner la notebook más alta y así no encorvar la espalda
Los huevos fritos sirven para decir: “bueno, al menos sé hacer huevos fritos”
El horno sirve para guardar las ollas
Papa Noel sirve para justificar los regalos pedorros de la Navidad
Los no videntes sirven para que uno los ayude a cruzar la calle y ahí piense automáticamente que se borraron todas las cagadas hechas durante el día
Los pos-it sirven para hacer de cuenta que leíste ese libro
Ricardo Arjona sirve para levantarle el ánimo al pseudo progre que tuvo una mala noche: “bueno, pero peor es Arjona”
El reggaetón sirve para hacerse el guacho musiquín y decir: “en mi época la música al menos tenía melodía”
Decir “en mi época” sirve para saber que te convertiste en un viejo choto irrecuperable
Las líneas de las baldosas sirven para no tocarlas y así llegar a la esquina con un total acumulado de doscientos cuarenta y cuatro mil ochocientos setenta y siete puntos
Las rejas de los parques sirven para saltarlas de noche y seguir cogiendo
Los jeans sirven para disimular erecciones
El diario La Nación sirve para poner sus enormes hojas en el piso y pintar tranqui las paredes
La ciudad de Buenos Aires sirve para decir: “La culpa de todo la tienen los porteños”
Estar sin laburo sirve para laburar más que nunca
Laburar en Once sirve para conocer el mundo
Que te digan que “no” sirve para escribir

Escribir sirve para no matarse, para no matar, para no golpearse ni golpear, para no pudrirla, para no mentir, para no joder, para no romper las pelotas, los ovarios, los quinotos… sino con las palabras

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