domingo, 11 de marzo de 2018

Hábito





Dieciocho treinta.

Ingresó por la ventana. Se probó ropa, escuchó unos discos, se preparó unos mates.

Cuatro horas más tarde, llegó la dueña y vio a una mujer durmiendo desnuda en su cama. Sonrío, por fin alguien la sacaba de su agobiante rutina. Alguien, quien demonios quiera que sea.

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