Sos la del naufragio,
que es la mejor de Subiela.
Mi Francisca de Favio.
La lluvia
de Campanella
Sos Rasguña las piedras.
Eiti Leda y Bubulina.
Sos Canción para mi muerte.
Sos Adela y Peperina.
Un alfajor Havanna.
Una Eco de los Andes.
En la radio sos Fontana.
Y en la tele el supermartes.
Una
birome Bic.
Una
lapicera Parker.
Una
casa con jardín.
Un
depto con losa radiante.
Un lamento arrabalero.
Una canción de protesta.
Los carnavales de Boedo.
Y en Mendoza una siesta.
O La Espada del Augurio.
Y
la acústica del Colón.
El
sambayón de Vesuvio.
Y
de Agresti El acto en cuestión.
Sos el cómic Eternauta.
La Playboy de la Callejón.
Don Quijote de la Mancha.
Y en la selva el rey león.
De Cortázar los cronopios.
La trilogía de Kieslowski.
O Ficciones de Borges.
Los poemas de Bukowski.
De
la Walsh sos Manuelita.
De
la Shua, La Sueñera.
De
Elsa Bornemann, ¡Socorro!
De
las frutas una pera.
El David de Miguel Ángel.
Nessun dorma
de Puccini.
La valentía de Fangio.
La prestancia de Bochini.
Sos Aullido de Allen Ginsberg.
O el camino de Kerouak.
La gambeta del Burrito.
O un pase de Zidane.
La conjura de los necios.
O una de Tarantino.
Una baja en los precios.
Y el mejor proverbio chino.
Y la espalda de Araceli.
O las piernas de Sofía.
La mirada de Meg Ryan.
Y las tetas de Thalía.
O los rulos de Shakira.
Los tobillos de Serena.
Las pestañas de La Taylor.
Y las pastas de mi abuela.
Lakers y San Antonio.
Real Madrid y Barcelona.
El
CASI versus el SIC.
Las
holandesas con Las Leonas.
Un
tropiezo de Sir Chaplin.
La
épica de Rocky Balboa.
Un
monólogo de Shakespeare.
En
un día hiciste Roma.
El
conejo de la suerte.
Y
de golpe cantar ¡bingo!
Como
esquivar a la muerte.
John, Paul, George y Ringo.
Los ciento un dálmatas.
Las mil y una noches.
Los doce dioses del Olimpo.
Y toda la mar en coche.
Me agarrás a contrapierna
como lo hacía el gran Mac.
Tan feroz como aquel saque
de Ivanisevic, mortal.
Nik
se copió de Quino.
Y
Quino se copió de vos.
Vos
inventaste a Spinetta.
Y
Spinetta inventó el amor.
Mil hermanos se han unido
porque esa es la ley primera.
Y en la segunda se enamoraron
al verte en la primavera.
¿Cómo nadie aún comprende
lo que me gusta esa morena?
Su sonrisa es la octava maravilla.
Y su culo la novena.
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